El look más chic para vestir como una parisina

En la moda, hablamos del french style para referirnos a esa capacidad que supone derrochar estilo sin que parezca que haya habido ningún esfuerzo en ello. Se dice que las francesas lo tienen de modo innato (aunque esto no siempre sea verdad). Si te apetece vestir como una parisina (o inspirarte en ello), te proponemos un look 100 %  chic para acertar. 

Las claves para vestir como una parisina

Para empezar, hagamos un repaso de lo que supone el french style:

• Conocer el poder de los básicos (camisa blanca, jeans, colores sobrios, falda midi)
• Saber mezclar esos básicos con las tendencias de temporada
• Mezclar colores y estampados imposibles sin pestañear
• Pensar que menos siempre es más
• Zapatos planos negros para combinar con todo
• Rendir pleitesía a los prints básicos: leopardo, rayas, cuadros vichy, topos

En definitiva, vestir como una parisina (o una auténtica francesa) se basa en conseguir ser estilosa y natural al mismo tiempo.

El look infalible

Repasando las novedades de otoño de Lolitas&L, te proponemos uno de nuestros looks totalmente apto para vestir como una parisina: camiseta de punto fina y falda midi.

Nuestra camiseta con rayas camel y negras (también está disponible en otros colores), de cuello alto, está hecha en punto fino y es perfecta para llevar por dentro de la falda. Al ser un estampado atemporal, podrás utilizarla con muchas otras prendas de abajo (con vaqueros, por ejemplo). O llevarla bajo prendas exteriores como nuestra chaqueta negra cruzada. Descubrirás que pronto se convierte un imprescindible en tu armario de otoño-invierno.

Para vestir como una parisina, combínala con nuestra falda plisada negra con estampado de topos. No tiene cremallera ni botón (lleva una goma en la cintura), así que su uso es ultra cómodo. Su forro de punto negro evita las transparencias y que se pegue al cuerpo. La mezcla de prints es muy del estilo francés, pero también podrás llevarla con otras prendas básicas como una camisa blanca o una simple camiseta negra.

Solo te falta sentarte a tomar un café en un bistró y, oh là là, tendrás ese je ne sais quoi que nos enamora de las francesas.